miércoles, 7 de febrero de 2018




VILLANUEVA DE ALCARDETE: AÑO 1328.


Tras la conquista de Toledo en el año 1085 por Alfonso VI, Rey de Castilla y León, se inició la repoblación del territorio que hoy conocemos como Castilla La Mancha, dotando de fueros a las distintas poblaciones que ya existían o que se fueron creando, y así concedió en el año 1101 la Carta Castellanorum a los habitantes de Toledo.

Alfonso VII otorgó fuero a los clérigos de Toledo en el año 1128, al Arzobispado y a los repobladores francos en 1136 y a los mozárabes en el 1155, refundiendo todos estos fueros en un único texto, conocido como Fuero de Toledo, en el año 1159. También concedió fueros a Santa Olalla (1124), Escalona (1130), Guadalajara (1133), Carrión de Calatrava (1157) Illescas (1154), Zorita (1156) y Ocaña (1156).

Alfonso VIII concedió nuevos privilegios a los pobladores de Toledo y tras la batalla de las Navas de Tolosa en el año 1212 consolidó los territorios conquistados en la franja comprendida entre los ríos Tajo, Guadiana y Júcar, sobresaliendo entre todos ellos el Fuero de Cuenca, del que se derivan los de Huete, Consuegra, Alcaraz y Alarcón. Además de estos fueros cobraron fuerza los señoríos de la Iglesia toledana y de las Órdenes Militares de Santiago, Calatrava y San Juan.

La Orden de Santiago consiguió importantes concesiones y se asentó en Oreja, Dos Barrios, Monreal, Montealegre, Puebla de Almoradiel, Puebla (Villa) de Don Fadrique, Villarrubia y Villanueva de Alcardete, en la provincia de Toledo; Chozas, Huélamo, Torrebuceit, Uclés y Villaescusa de Haro, en la provincia de Cuenca; Alhambra, Añador, Campo de Criptana y Montiel, en la provincia de Ciudad Real; y Férez y Yeste, en la provincia de Albacete.  

Fernando III refundió nuevamente el Fuero de Toledo en el año 1222 y lo aplicó a los nuevos reinos de Andalucía y Murcia. Además, otorgó fueros a las poblaciones de Uceda, Letur, Lietor y Tobarra.

Alfonso X continuó con esta política repobladora y foral y otorgó fueros a Talavera de la Reina, Ciudad Real, Hellín, Albacete, Alcalá del Júcar e Iniesta.

Las concesiones y asentamientos de la Orden de Santiago incluían 83 encomiendas (3 reservadas a los grandes comendadores), 2 ciudades, 178 condados y aldeas, 200 parroquias, 5 hospitales, 5 conventos y la Universidad de Salamanca. Los caballeros eran 400 y podían reunir más de 1.000 lanzas. 

El poblado de Alcardete se ubicó en la ribera del río Cigüela en el año 1224 por pobladores procedentes de Añador y por orden del Maestre de Santiago D. Martín. Tan solo sobrevivió una centuria “por estar junto al río y ser sitio enfermo”, hasta que en el año 1328 se creó la Villa Nueva de Alcardete a una media legua (unos 2,5 Km) por orden del Maestre Garcí Fernández, siendo su primer Alcaide Juan Pérez, que ayudó a poblar la villa.

Antes hubo un Alcardete en el alfoz de Toledo y es probable que mozárabes de al1í vinieran a repoblar estos llanos, dándole su nombre de origen al poblado y al rio (Azufela). Alcardete se llamó en árabe al-Qardit, el sufijo -ete es mozárabe. Algunos autores lo derivan de cardo.

La Villa Nueva de Alcardete se asentó al lado de una venta llamada de la Cruz, que luego formaría parte de la plaza, en uno de sus esquinazos, conservándose los caminos de Madrid-Alicante-Cartagena y el de Aragón-Andalucía. La vieja Alcardete fue asumida por la Villa Nueva y sus ruinas se mantenían aún en el año 157l.

Entre los años 1423-1440 hubo un pleito entre el obispo de Cuenca y los freires de Uclés, al oponerse los vecinos de Villanueva de Alcardete a que los confirmase el prelado. En el año 1470, el Papa Martín V refrenda la jurisdicción de la Orden de Santiago sobre la villa. En el año 1468 había censados 126 vecinos y en 1575 750 vecinos.

La Alcaidía de Villanueva de Alcardete y La Mota estaba integrada por cuatro villas de la Mesa Maestral (Villanueva de Alcardete, La Mota, Puebla de don Fadrique y Quintanar de la Orden), cuyas alcaidías regentaba un caballero con título de comendador. Las localidades tenían en común el haber sido pobladas nuevamente en el siglo XIV.

Las nuevas pueblas estaban ubicadas en buenas tierras de labor. Sólo La Mota y Quintanar estaban cercadas, ésta con arrabal; Villanueva, en cambio, tenía un buen cortijo extendido hasta la iglesia, donde los vecinos tenían sus cámaras y bodegas. Los edificios eclesiásticos eran numerosos, las iglesias estaban bajo la advocación de Santiago en Villanueva y Quintanar (ermitas de San Sebastián y San Jorge y de San Sebastián y San Cristóbal, respectivamente), y de Santa María en la Puebla (ermita de San Sebastián), mientras la parroquial de La Mota se dedicaba a San Miguel y las ermitas a San Cristóbal y San Sebastián. El valor de las rentas de la alcaidía era muy exiguo, pues en ningún caso alcanzó los 20.000 maravedís, y provenían de diezmos, tributos de labradores, monopolios, penas y calumnias, portazguillo de La Mota, y humazgo y tributo de telares en Villanueva. A excepción de la Puebla, cuya repoblación y crecimiento fue lento, las villas de esta alcaidía estaban bien pobladas, entre los 1.000 y 1.500 habitantes, ocupando Villanueva el máximo. Sin embargo, el número de caballeros de cuantía no fue muy alto, sufriendo graves caídas en los años difíciles. La mayoría de estos pobladores eran jornaleros, pues labradores había muy pocos; no obstante, abundaban los hidalgos, 20 en Quintanar y 35 en Villanueva.

La Encomienda de Villanueva de Alcardete fue creada por don Juan Pacheco en 1468 con los bienes de la Mesa Maestral en la villa, a favor de García Osorio, único comendador que tuvo. El único inmueble que le era propio eran unas casas de vivienda, sin puertas y con las tapias caídas, con otra casa de bastimento contigua, con bodega, pilón y 46 tinajas de vino. Las rentas procedían de los diezmos de pan, vino, lana, queso y corderos, cominos y teja, cuyo valor era importante, alcanzando en 1468 los 125.000 maravedís.

Otros Alcaides de Villanueva de Alcardete fueron:
- Pedro de Vitoria en 1468.
- Juan de Vitoria en 1478-1498.
- Francisco de Gaona en 1507-1515.
- Gerónimo de Molina en 1575.

Otras Encomiendas fueron: Hinojoso, Horcajo, Corral de Almaguer (y Puebla de Almoradiel), Mirabel (y Miguel Esteban) y Villamayor (que comprendía también El Toboso, Villaverde, Añador, Magaceda, Almenara y Pedro Muñoz).

En el año 1533 el infante Don Fadrique, Gran Maestre de la Orden de Santiago, fundó el Común de La Mancha, que comprendía  siete pueblos: Corral de Almaguer, Miguel Esteban, Puebla de Almoradiel, Quintanar de la Orden, El Toboso, Villa de Don Fadrique y Villanueva de Alcardete. En esa época el clero seguía siendo uno de los grandes poderes, pero se vivía el final del feudalismo y el inicio de una pequeña burguesía, que apenas podía soportar la carga de múltiples y variados tributos (había hasta setenta). Se fortalecen los nuevos poblados, desaparecen algunos antiguos y la Orden gobierna los pueblos con excesiva burocracia. El pertenecer al Común de la Mancha suponía una mejor defensa de los posibles abusos del poder, impidiendo el aumento de los tributos al ser representados por una sola voz y mantenerse unidos en sus derechos, como estaban las gentes del Común de Uclés.

En Villanueva de Alcardete figura el despoblado de GÚZQUEZ. En el año 1241 compartía su iglesia con la de Alcardete. Algunas fuentes lo identifican con Corralbuces, donde había un pozo y un camino con ese nombre, a 200 m. del antiguo camino de Villanueva de Alcardete. Aún se mantiene el topónimo Guzquía.

Otro despoblado era LA VENTOSA. En la Relación del año 1575 se dice que se despobló al envenenarse los asistentes a una boda.

Villanueva de Alcardete tuvo población morisca; en el año 1606 un morisco llamado Rodrigo FAJARDO creó una colonia de ellos.

En el año 1628 se creó el convento de Capuchinos.


Luis M. Garrido.

Abogado.