VILLANUEVA DE ALCARDETE: AÑO
1328.
Tras la conquista de Toledo en el año 1085 por Alfonso VI, Rey de Castilla y León, se
inició la repoblación del territorio que hoy conocemos como Castilla La Mancha,
dotando de fueros a las distintas poblaciones que ya existían o que se fueron
creando, y así concedió en el año 1101 la Carta Castellanorum a los habitantes
de Toledo.
Alfonso VII otorgó fuero a los clérigos de Toledo en el año 1128, al
Arzobispado y a los repobladores francos en 1136 y a los mozárabes en el 1155,
refundiendo todos estos fueros en un único texto, conocido como Fuero de Toledo, en el año 1159. También concedió fueros a Santa
Olalla (1124), Escalona (1130), Guadalajara (1133), Carrión de Calatrava (1157)
Illescas (1154), Zorita (1156) y Ocaña (1156).
Alfonso VIII concedió nuevos privilegios a los pobladores de Toledo y tras la
batalla de las Navas de Tolosa en el año 1212 consolidó los territorios
conquistados en la franja comprendida entre los ríos Tajo, Guadiana y Júcar,
sobresaliendo entre todos ellos el Fuero
de Cuenca, del que se derivan los de Huete, Consuegra, Alcaraz y Alarcón.
Además de estos fueros cobraron fuerza los señoríos de la Iglesia toledana y de
las Órdenes Militares de Santiago, Calatrava y San Juan.
La Orden de Santiago consiguió importantes concesiones y se asentó en
Oreja, Dos Barrios, Monreal, Montealegre, Puebla de Almoradiel, Puebla (Villa)
de Don Fadrique, Villarrubia y Villanueva
de Alcardete, en la provincia de Toledo; Chozas, Huélamo, Torrebuceit,
Uclés y Villaescusa de Haro, en la provincia de Cuenca; Alhambra, Añador, Campo
de Criptana y Montiel, en la provincia de Ciudad Real; y Férez y Yeste, en la
provincia de Albacete.
Fernando III refundió nuevamente el Fuero de Toledo en el año 1222 y lo aplicó
a los nuevos reinos de Andalucía y Murcia. Además, otorgó fueros a las
poblaciones de Uceda, Letur, Lietor y Tobarra.
Alfonso X continuó con esta política repobladora y foral y otorgó fueros a
Talavera de la Reina, Ciudad Real, Hellín, Albacete, Alcalá del Júcar e
Iniesta.
Las concesiones y
asentamientos de la Orden de Santiago incluían 83 encomiendas (3
reservadas a los grandes comendadores), 2 ciudades, 178 condados y aldeas, 200
parroquias, 5 hospitales, 5 conventos y la Universidad de Salamanca. Los
caballeros eran 400 y podían reunir más de 1.000 lanzas.
El poblado de Alcardete se ubicó en la ribera del río Cigüela en el año 1224 por
pobladores procedentes de Añador y por orden del Maestre de Santiago D. Martín.
Tan solo sobrevivió una centuria “por estar junto al río y ser sitio enfermo”,
hasta que en el año 1328 se creó la Villa Nueva de Alcardete a una media
legua (unos 2,5 Km) por orden del Maestre Garcí Fernández, siendo su primer Alcaide Juan Pérez, que ayudó a
poblar la villa.
Antes hubo un Alcardete en el alfoz de
Toledo y es probable que mozárabes de al1í vinieran a repoblar estos llanos,
dándole su nombre de origen al poblado y al rio (Azufela). Alcardete se llamó
en árabe al-Qardit, el sufijo -ete es mozárabe. Algunos autores lo derivan de
cardo.
La Villa Nueva de Alcardete se asentó al
lado de una venta llamada de la Cruz, que luego formaría parte de la plaza, en
uno de sus esquinazos, conservándose los caminos de Madrid-Alicante-Cartagena y
el de Aragón-Andalucía. La vieja Alcardete fue asumida por la Villa Nueva y sus
ruinas se mantenían aún en el año 157l.
Entre los años 1423-1440 hubo un pleito entre
el obispo de Cuenca y los freires de Uclés, al oponerse los vecinos de
Villanueva de Alcardete a que los confirmase el prelado. En el año 1470, el
Papa Martín V refrenda la jurisdicción de la Orden de Santiago sobre la villa. En
el año 1468 había censados 126 vecinos y en 1575 750 vecinos.
La Alcaidía
de Villanueva de Alcardete y La Mota estaba integrada por cuatro villas de
la Mesa Maestral (Villanueva de Alcardete, La Mota, Puebla de don Fadrique y
Quintanar de la Orden), cuyas alcaidías regentaba un caballero con título de
comendador. Las localidades tenían en común el haber sido pobladas nuevamente
en el siglo XIV.
Las nuevas pueblas estaban ubicadas en
buenas tierras de labor. Sólo La Mota y Quintanar estaban cercadas, ésta con
arrabal; Villanueva, en cambio,
tenía un buen cortijo extendido hasta la iglesia, donde los vecinos tenían sus
cámaras y bodegas. Los edificios eclesiásticos eran numerosos, las iglesias
estaban bajo la advocación de Santiago en Villanueva
y Quintanar (ermitas de San Sebastián y San Jorge y de San Sebastián y San
Cristóbal, respectivamente), y de Santa María en la Puebla (ermita de San
Sebastián), mientras la parroquial de La Mota se dedicaba a San Miguel y las
ermitas a San Cristóbal y San Sebastián. El valor de las rentas de la alcaidía
era muy exiguo, pues en ningún caso alcanzó los 20.000 maravedís, y provenían
de diezmos, tributos de labradores, monopolios, penas y calumnias, portazguillo
de La Mota, y humazgo y tributo de telares en Villanueva. A excepción de la Puebla, cuya repoblación y
crecimiento fue lento, las villas de esta alcaidía estaban bien pobladas, entre
los 1.000 y 1.500 habitantes, ocupando Villanueva
el máximo. Sin embargo, el número de caballeros de cuantía no fue muy alto,
sufriendo graves caídas en los años difíciles. La mayoría de estos pobladores
eran jornaleros, pues labradores había muy pocos; no obstante, abundaban los
hidalgos, 20 en Quintanar y 35 en Villanueva.
La Encomienda de Villanueva de Alcardete fue creada por don Juan Pacheco en 1468 con
los bienes de la Mesa Maestral en la villa, a favor de García Osorio, único
comendador que tuvo. El único inmueble que le era propio eran unas casas de
vivienda, sin puertas y con las tapias caídas, con otra casa de bastimento
contigua, con bodega, pilón y 46 tinajas de vino. Las rentas procedían de los
diezmos de pan, vino, lana, queso y corderos, cominos y teja, cuyo valor era
importante, alcanzando en 1468 los 125.000 maravedís.
Otros Alcaides de Villanueva de Alcardete fueron:
- Pedro de Vitoria en 1468.
- Juan de Vitoria en 1478-1498.
- Francisco de Gaona en 1507-1515.
- Gerónimo de Molina en 1575.
Otras Encomiendas fueron:
Hinojoso, Horcajo, Corral de Almaguer (y Puebla de Almoradiel), Mirabel (y
Miguel Esteban) y Villamayor (que comprendía también El Toboso, Villaverde,
Añador, Magaceda, Almenara y Pedro Muñoz).
En el año 1533 el infante Don Fadrique, Gran
Maestre de la Orden de Santiago, fundó el Común de La Mancha, que comprendía siete pueblos: Corral de Almaguer, Miguel
Esteban, Puebla de Almoradiel, Quintanar de la Orden, El Toboso, Villa de Don
Fadrique y Villanueva de Alcardete. En esa época el clero seguía siendo uno de
los grandes poderes, pero se vivía el final del feudalismo y el inicio de una
pequeña burguesía, que apenas podía soportar la carga de múltiples y variados
tributos (había hasta setenta). Se fortalecen los nuevos poblados, desaparecen algunos
antiguos y la Orden gobierna los pueblos con excesiva burocracia. El pertenecer
al Común de la Mancha suponía una mejor defensa de los posibles abusos del poder,
impidiendo el aumento de los tributos al ser representados por una sola voz y
mantenerse unidos en sus derechos, como estaban las gentes del Común de Uclés.
En Villanueva de Alcardete figura el
despoblado de GÚZQUEZ. En el año 1241 compartía su iglesia con la de Alcardete.
Algunas fuentes lo identifican con Corralbuces, donde había un pozo y un camino
con ese nombre, a 200 m. del antiguo camino de Villanueva de Alcardete. Aún se
mantiene el topónimo Guzquía.
Otro despoblado era LA VENTOSA. En la
Relación del año 1575 se dice que se despobló al envenenarse los asistentes a
una boda.
Villanueva de Alcardete tuvo población
morisca; en el año 1606 un morisco llamado Rodrigo FAJARDO creó una colonia de
ellos.
En el año 1628 se creó el convento de
Capuchinos.
Luis M. Garrido.
Abogado.