HISTORIAS DEL DESPILFARRO: JAÉN Y PARLA.
La primera vez que estuve en los Juzgados de
Jaén me llevé varias sorpresas. La primera, no por inesperada, fue por la
dispersión de las sedes judiciales que, aunque cerca unas de otras, no reúnen
las mínimas condiciones de funcionalidad. La segunda, la falta de togas,
incluso en la Audiencia ,
diciéndome en el Colegio de Abogados que no las devolvían, lo que supone una
imputación grave a los compañeros jienenses. Y la tercera la falta de
aparcamiento.
Pero, lo que sorprende, sobre todo, son las
líneas de tranvías que surcan las principales vías de la ciudad y que están sin
uso. Ha leído sobre el tema y, al parecer, nunca se han puesto en
funcionamiento porque su viabilidad sería antieconómica (seis millones de euros
anuales en mantenimiento). Y así, el Ayuntamiento, después de invertir en el
proyecto más de 120 millones de euros, ha aparcado el tema, a pesar de contar
con las máquinas y los empleados, los cuales hacen prácticas los fines de
semana.
Sorprende, por tanto, que entrando a Jaén por
la Avenida de
Madrid veas raíles enmoquetados con césped artificial, catenarias y paradas
desiertas y avenidas (como el Paseo de la Estación ) de cinco carriles con los tres
centrales inservibles y que se utilizan para paradas de carga y descarga.
No entro en polémicas partidistas: si es
viable que se utilice, si era inviable que se pida responsabilidad a los
ejecutores.
Otro tranvía que sí se utiliza es el de
Parla, pero las opiniones que he oído no son positivas; unos hablan de servir
de paseo a los jubilados; otros se quejan de que no llegue al Hospital; los más
opinan que ha partido la ciudad; los menos que es un trasporte público limpio y
no contaminante.
Tampoco entro en polémicas, pero intente
entrar con su vehículo por el centro de Parla y me contará dónde puede aparcar
para realizar sus gestiones, bien sea en el Ayuntamiento o en las Notarías o
Bancos.
Solo sé que Jaén y Parla lideran la lista de
Ayuntamientos de España más endeudados y que, junto a algunos ayuntamientos
más, están siendo fiscalizados por el Tribunal de Cuentas. Pero no se alarmen,
también sabemos que este tribunal solo fiscaliza los ejercicios prescritos con
lo que la impunidad está asegurada.
Malgasté el tiempo y ahora el tiempo me
malgasta a mí (Shakespeare).
Luis M. Garrido.
Abogado.
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